Si nos ponemos así, hasta me da igual la distancia, aunque nos veamos cinco veces al año, contigo me da igual todo lo demás, con que me quieras y te preocupes por mí, con que me llames cada día a las doce de la noche y nos pasemos horas y horas hablando cuando todo esta en silencio, con que a pesar de que pasen por delante de tí mil tías al día sólo pienses en mí, porque sé que te importo, que me importas, me gusta eso de engañar a los padres para poder vernos y pasarnos los 365 días del año tachando el calendario contando los días que quedan para vernos, me gusta esto, y ¿sabes porque? Porque se nota que confiamos uno en el otro plenamente, porque nos queremos, porque hay amor, porque nos gustamos tal y como somos y a pesar de los 100, 200 o 300 kilómetros que nos separan no afecta a esto, a lo nuestro. Y eso que dicen de que la distancia es el olvido. La distancia es el olvido para las personas que no se quieren de verdad, pero la distancia es lo que te hace ver lo que sientes hacia esa persona, si le quieres o no, si te importa o no, si te preocupas por él o no, es esa sensación de amor, pasión, cariño, admiración, deseo, y mucho más.
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