+Le dije: Monta que te llevo al sol.
-Me dijo: Que tontería, ¡arderás!
+Le dije que no pensaba ir de día.
(Se reía)
Dicen que cuando llegas hay un flash, y me creía, me daba alas, parábamos a dar caladas en coordenadas desordenadas, sentados en el Meridiano de Greenwich, dejábamos colgar las piernas, sabiendo que la búsqueda era eterna, y que hay muchas paradas a lo largo del camino y que lo
importante no es llegar sino el camino en si.
Miramos atrás y supimos que nadie volvería a vernos más.
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