Salí de casa con la sonrisa puesta, hoy me he levantado contenta de verdad; el sol de la mañana brilla en mi cara, y una brisa fresca me ayuda a despertar.
Y pienso:…La ciudad parece mi amiga, hoy es mi día, y nadie me lo va a arruinar; las chicos ríen con picardía; yo sé lo que quieren y se lo voy a dar.
Y entonces yo digo: ¡salta!, salta conmigo, digo: ¡salta!, salta conmigo. ¡salta! sí, sí, sí, sí...¡salta!
Voy por mi camino sin preocupación, pasa la gente y me mira mal; pero no me importa, a mí me da lo mismo, hoy estoy alegre y tengo ganas de saltar.
Y digo: ¡salta conmigo! que nunca no pares de saltar. Que tus pies solo toquen el suelo un momento, para luego al instante volver a saltar."
Así que, escapa que la vida se acaba, que los sueños se gastan, los minutos se marchan. Salta que la calma te abraza, los momentos se pasan y se te muere el alma.
Siente la llamada de la libertad, rompe las cadenas que te hacen llorar, corre, monta y no lo pienses más.
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