Podríamos
comparar la vida con un juego de mesa, nosotros somos las fichas y
cada casilla una vivencia, que nos llevará a una experiencia.
Ante
estas vivencias, estas situaciones, cada uno actuamos de una manera
diferente.
Las
personas somos libres, tenemos capacidad para elegir lo que debemos
hacer o lo que no. Pero hay veces que uno toma el camino equivocado,
hasta que llega un punto en el que ya no sabe volver atrás. Sabe que
se ha confundido y que la vida, no es como un lápiz y un papel en el
que se puede restificar.
Ante
esta situación, este error o problema, podemos actuar de varias
maneras, más bien sólo de dos. Una de ellas, aferrarse a este
problema, al dolor, vivir sufriendo día y noche, de tal manera que
nuestra vida se convierte en una nube negra, un callejón sin salida;
no creo que esta sea la solución adecuada. También podemos actuar
intentando, no olvidar el problema sino sobrellevarlo, dejarlo pasar,
intentando distraernos con otras cosas, saliendo, estudiando,
escuchando música; coger esta opción, consiste en ver el problema
desde otro punto de vista, es decir, ver este problema, este dolor
desde fuera, ¿qué quiere decir esto?, sacarlo de nosotros mismos,
llevarlo hacía el exterior, enfrentarnos a él, mirándolo desde un
punto de vista externo, consiste en objetivar el problema, este
método es conocido como el método de Espinoza; esta sería la mejor
opción.
Puede
que el culpable de este dolor, de este sufrimiento seas tú mismo, y
lo sabes; en ese momento, sientes que tu vida no tiene sentido, no
quieres seguir hacía adelante, no tienes ilusión por vivir; y no,
estamos muy confundidos, cada persona, cada momento, cada situación,
son únicas e irrepetibles porque a pesar de todo lo que hayas hecho,
la vida no gira entorno a aquello, la vida es algo más que ese
hecho, ese comportamiento; La
vida es
eso que te sucede
mientras intentas realizar
otros planes.
; por lo que como expone Viktor Frank: “No te preguntes que esperas que la vida te de. Pregúntate que espera la vida que le des”.
Así
que, no te aferres a una cosa, a un dolor, a un problema sino, sigue
hacía adelante, mira hacia el futuro, sonríele a la vida, haz
locuras, y sobre todo sé feliz; como decía Nietschze: "Todo lo que no acaba conmigo me hace más fuerte".